Los efectos derivados de las
transacciones que lleva a cabo una entidad económica con otras entidades, de
las transformaciones internas y de otros eventos, que la han afectado
económicamente, deben reconocerse contablemente en su totalidad, en el momento
en el que ocurren, independientemente de la fecha en que se consideren
realizados para fines contables.
Explicación del postulado básico
Transacciones
Una transacción es un tipo
particular de evento en el que media la transferencia de un beneficio económico
entre dos o más entidades. La transacción puede ser recíproca cuando cada
entidad recibe y transfiere recursos económicos, o no recíproca, cuando sólo
una de las entidades recibe recursos económicos y otra transfiere dichos
recursos; por ejemplo, en el caso de donaciones o contribuciones otorgadas o
recibidas.
Las transacciones se reconocen
contablemente cuando en un acuerdo de voluntades se adquiere un derecho por una
de las partes involucrada en dicha transacción y surge una obligación para la
otra parte involucrada, independientemente de cuando se realicen. Por ejemplo,
cuando se ha entregado o recibido la mercancía, ya sea en el lugar de destino o
en el de embarque, según se haya pactado; cuando se ha otorgado o recibido el
servicio; cuando se han efectuado traslaciones de dominio o adquisiciones de
activos a través de un contrato de arrendamiento financiero, entre otros.
Transformaciones internas
Las transformaciones internas son
cambios en la estructura financiera de la entidad, a consecuencia de decisiones
internas, los cuales le ocasionan efectos económicos que modifican sus recursos
o sus fuentes.
Las transformaciones internas se
reconocen contablemente en el momento en que modifican la estructura de sus
recursos y sus fuentes. Por ejemplo, la transformación de materia prima en
producción en proceso y de ese estado a producto terminado, o el abandono de
una planta o de una porción de la misma, entre otros.
Otros eventos
Los eventos son sucesos de
consecuencia que afectan económicamente a la entidad misma, los cuales son
ajenos a las decisiones de la administración de la entidad y están parcial o
totalmente fuera de su control. Los eventos que se derivan de la interacción entre
una entidad y su medio ambiente se denominan eventos externos, en tanto que los
eventos que ocurren dentro de la entidad y que están fuera de su control se
denominan eventos internos.
Ejemplos de situaciones que
quedan comprendidas como eventos, son: las fluctuaciones en el valor de una
moneda extranjera; los cambios en el poder adquisitivo de la moneda; los
efectos de una huelga general, una inundación o un terremoto; el cierre de la
frontera para un artículo que se importaba; la quiebra o suspensión de pagos
decretados para un cliente de la entidad; los cambios que tiene el mercado a
consecuencia de las mejoras tecnológicas de los competidores; la modificación a
las tasas impositivas, la falla mecánica de un bien o la baja del valor de un
bien por inservible, obsoleto o dañado, entre otros.
Dada la necesidad de reconocer
contablemente ese tipo de eventos, estos se consideran devengados cuando se
conocen, considerando para tal efecto su naturaleza y la posibilidad de ser
cuantificados razonablemente en términos monetarios. Sin embargo, no es
factible establecer normas en detalle acerca de cuando un evento se debe
reconocer contablemente, debido a su variedad y a que es difícil o casi
imposible anticipar específicamente cuándo ocurrirá el evento o las situaciones
que lo causaron.
En su totalidad
El sistema de información
contable debe incorporar, sin excepción, todos los efectos de las
transacciones, transformaciones internas y otros eventos, que afectan
económicamente a la entidad. Esto permite reunir un conocimiento suficiente y
cabal de los hechos acaecidos en una entidad, que posteriormente servirán de
base para informar sus aspectos relevantes en los estados financieros.
Una vez que todos los efectos han
sido incorporados al sistema de información contable, la elaboración de
información financiera como un producto derivado de dicho sistema, debe atender
al cumplimiento de los objetivos de los estados financieros establecidos por la
NIF A-3, así como a los requisitos de calidad contenidos en la NIF A-4.
Momento en el que ocurren
La contabilidad sobre una base de
devengación (también llamada, "contabilidad sobre una base
acumulada", o "contabilidad sobre una base de acumulación") no
sólo capta transacciones, transformaciones internas y eventos pasados que
representaron cobros o pagos de efectivo, sino también, obligaciones de pago en
el futuro y recursos que representan efectivo a cobrar en el futuro. Las normas
particulares determinan cuándo y bajo qué circunstancias serán objeto de
reconocimiento contable.
Realizados
Realización se refiere al momento
en el que se materializa el cobro o el pago de la partida en cuestión, lo cual
normalmente sucede al recibir o pagar efectivo o su equivalente, o bien, al
intercambiar dicha partida por derechos u obligaciones; por ejemplo, cuando el
cobro o pago de la partida se realiza con un activo fijo. Aun cuando no se haya
materializado dicho cobro o pago, la partida en cuestión se considera devengada
cuando ocurre, en tanto que se considera realizada para fines contables, cuando
es cobrada o pagada, esto es, cuando se convierte en una entrada o salida de
efectivo u otros recursos. Dado lo anterior, el momento de la devengación
contable de una partida no coincide necesariamente con su momento de
realización.
Periodo contable
Los efectos derivados de las
transacciones y transformaciones internas que lleva cabo una entidad, así como
de otros eventos, que la afectan económicamente, deben identificarse con un
periodo convencionalmente determinado (periodo contable), a fin de conocer en
forma periódica la situación financiera y el resultado de las operaciones de la
entidad.
La necesidad de circunscribir la
información financiera a una fecha o a un periodo determinado nace de las
exigencias del ambiente de negocios, el cual requiere de evaluaciones
periódicas del desempeño económico de las entidades, dado que los usuarios de
la información financiera no pueden esperar hasta el término de la vida de la
entidad para conocerlo.
El concepto de periodo contable
asume que la actividad económica de la entidad, la cual tiene una existencia
continua, puede ser dividida en periodos convencionales, los cuales varían en
extensión, para presentar la situación financiera, los resultados de operación,
los cambios en el capital o patrimonio contable y los cambios en su situación
financiera, incluyendo operaciones, que si bien no han concluido totalmente, ya
han afectado económicamente a la entidad.
Para este fin, se establece que
el periodo contable sea equivalente a un ciclo normal de operaciones de la
entidad, cuando éste sea igual o mayor a un año; cuando el ciclo sea menor a un
año o no pueda identificarse, debe considerarse como periodo contable el
ejercicio social de la entidad. El ciclo normal de operaciones de una entidad
es el tiempo comprendido entre la adquisición de activos para su procesamiento
y la realización de los mismos derivada de su enajenación.
La necesidad de efectuar cortes
convencionales en la vida de la entidad, facilita entre otras cosas, que:
a) se delimite la información financiera reconociendo en el periodo que corresponde, las operaciones que se han devengado aun cuando se vayan a realizar en periodos contables futuros;
b) se refleje oportunamente y se asocien con el periodo en el que ocurren las operaciones que lleva a cabo una entidad susceptibles de ser cuantificadas;
c) se tomen decisiones económicas sobre los aspectos financieros de la entidad, así como sobre su continuidad;
d) se muestren en forma separada en el
balance general, los activos y pasivos de acuerdo con su disponibilidad o
exigibilidad, respectivamente; y
e) se elaboren estimaciones y
provisiones contables, que aun cuando se tengan incertidumbres en cuanto a su
monto, periodicidad y destinatario, se tienen que reconocer contablemente por
considerarse devengadas.
La elaboración de estimaciones y
provisiones contables es una parte esencial del proceso de elaboración de la
información financiera para reconocer aquellas transacciones, transformaciones
internas y otros eventos, cuyos efectos no están totalmente concluidos a la
fecha de los estados financieros, lo cual le otorga a parte de la información
financiera un carácter provisional. Su determinación requiere del empleo del
juicio profesional y deben basarse en la información disponible que tenga la
entidad en ese momento; asimismo, deben ser revisadas si cambian las
circunstancias en las que se basó su determinación.
Al término de la vida entera de
la entidad, la utilidad neta o el cambio neto en el patrimonio de la misma es
equivalente al neto del efectivo ingresado y egresado, con exclusión de las
aportaciones, distribuciones y reembolsos de capital a sus propietarios en el
caso de entidades lucrativas.
La devengación contable en cada
periodo contable advierte tres situaciones:
a) reconocimiento de activos y pasivos
en espera de que se devenguen sus ingresos, costos o gastos relativos para su
adecuado enfrentamiento en resultados;
b) reconocimiento en resultados de
ingresos y gastos (costos) devengados, aun cuando no se hayan cobrado o pagado
(realizado) todavía; y
c) reconocimiento de entradas y salidas de efectivo con su
reconocimiento directo en resultados.